La edad de la transparencia
«Despida al asesor de imagen. Suprima el mensaje elaborado. Deje que sus empleados hablen de la empresa en sus blogs. En la era que comienza, todo lo que no se expone, se arriesga.»
Es la introducción a un artículo sobre la blogosfera y la relevancia para las empresas y sus directivos de los comentarios publicados en los blogs, publicado en la revista HSM Management de diciembre.
El autor, Clive Thompson, analiza casos de éxito de directivos que, dando a conocer sus errores en internet, y posteriormente explicando las soluciones aportadas, o teniendo en cuenta los comentarios de sus clientes, han conseguido salvar su empresa de una grave crisis de imagen, que automáticamente significa problemas económicos (JetBlue, Sun Microsystems, Southwest Sirlines…).
La idea central de artículo es fascinante: después de la web 2.0, asistimos al nacimiento del «presidente ejecutivo 2.0, que disfruta escribiendo en blogs y por ello tienen una ventaja competitiva sobre sus colegas». La transparencia premia: cuando la gente se interesa, se preocupa por ayudar. Los clientes se convierten en socios de trabajo.
Lo importante es ser transparentes siempre: no se puede hacer la mitad del camino desnudo. O todo o nada.